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Terminé Vida con mi viuda y estoy saciada, empachada, llenísima de José Agustín. Siento que me comí un pastel grande, enorme y todavía no termino de digerirlo. Está conmadre el pinche libro, la mendiga historia me tiene colgada bien pervertidamente de un hilito. Es bien raro como no me identifico con el personaje pero siento que me está contando algo en extremo importante y si alguien interrumpe la lectura sólo lo veo con cara de "estoy en medio de una conversación privada, déjame sola", pero no. En realidad solo leo un libro.

Jajaja, no me daban nada de ganitas de dejar el libro a la mitad pero me llevó casi una semana leerlo. Mendigo Onelio de la Sierra que me tiene embobada con su historia y sus enredaderas. Mmm, siento que nada más el se pudo haber metido en todo lo que se metió...

Quiero la cereza del pastel.