Y se me rompe el corazón cada que el teléfono suena y no contestas y me espero a escuchar tu voz. Y nada mas y se rompe mas y lo aniquilas. No puedo mas, y me rindo y me mato y el rojo mancha mi cama y el rojo pinta tus paredes. Estoy cansada y no me escuchas y muero. Estoy cansada, agotada, atorada, exhausta, pisoteada, morada, estoy fuera de lugar y no me entiendes ni me escuchas y solo soy una persona infantil. Tomando decisiones infantiles. Con mis arranques de locura, que no sé de donde provienen, pero me sacan de quicio y me asustan. ¿Quién es esta que veo en el espejo y no reconozco? ¿Seré yo, transformada? En el agua de tu silencio, me ahogo. Y muero ahogada, desesperada. Muerta. Y en lapsos cortos, enojada. Y siento que no revivo y me siento ahogada, tirada en el mar de tu indiferencia. Adolorida. No entiendo nada. No encuentro espacio. Tus palabras me arrinconan y tu voz me corta en pedacitos el corazón ya agonizante. No entiendes tu tampoco y nuestros insultos rebotan en tus respectivas paredes de indifirencia. Caparazones para la sanidad mental. Por que si te escucho por completo, muero de nuevo. Muero muerta, morada.
1 comment:
Morena, cuando la vida te dé razones para llorar, demuéstrale que tienes miles de razones para reír.
I love you, Ed, mucho.
Post a Comment