demasiado;

¿Será que soy muy atrabancada? ¿O es el hecho de que si voy a hacer algo quiero planearlo yo? Me gusta eso de tener que hacer, me gustan los planes. Pero me gustan aún más cuando yo lo organizo. Eso de que me avisen de el miércoles vamos a ir a ver como comen los patos, no me agrada para nada.

La verdad, es que no tengo ni siquiera una razón específica de porque me gusta hacer los planes. Quizás por esa necesidad de tener todo súper controlado, no sé. Pero el punto es que me desespera un poco no saber ni qué onda con la salida. Me gusta la espontaneidad, lo admito. Pero me gusta a la hora de ya estar en un lugar predeterminado, me gusta que las cosas surgan de repente. Quizás eso le quita la esencia de lo inesperado, pero así es como me agrada.

En fin, supongo que será cuestión de acostumbrarme, o de seguir negando los permisos. Me he perdido de muchas salidas por mi inexplicable necesidad de controlar las cosas incontrolables.

No todo va a salir como yo diga, pero que bonito es intentarlo.