6 meses;

Salimos del trabajo. Me ibas a acompañar a una fiesta. Subíamos al último piso del estacionamiento mientras yo platicaba banalidades y tu solo asentías. Me preguntaba el porqué de tu seriedad pero en realidad pensaba que era pasajera, así que no le di mucha importancia. Seguía hablando. Llegamos a tu coche y fumábamos un cigarro viendo hacia los departamentos que están detrás del trabajo. Yo trataba de asociar a la pareja que se acercaba a la alberca con locos, porque estaba a punto de llover y el agua no se antojaba para nadar. Tu simplemente me seguías la corriente. Mientras la conversación no ahondaba en temas interesantes, tu seguías pensativo, serio. Decidí guardar silencio y ahí fue cuando tu decidiste hablar. “¿Te puedo preguntar algo?” Me dijiste. Yo te respondí que no, como siempre. Y decidí tratar de cambiar el rumbo de la conversación que tu habías iniciado. Insististe. Mientras en mi mente desglosaba el montón de posibilidades para tu pregunta, tu repetías que tenías que hacerme una pregunta.

Me recargaste en tu coche y te acercaste a mí. Me miraste a los ojos y me preguntaste. Te di mi respuesta y me besaste legalmente. Oficialmente éramos novios.

Y desde esa noche han transcurrido 6 meses. Seis meses en los cuales no tienes idea de lo feliz que he sido. Gracias por dejarme ser parte de tu vida y por formar parte de la mía. Gracias por ser tan comprensivo, tierno, amoroso, detallista y encantador.

 

Gracias por robarme una sonrisa diaria desde hace 184 días. Te amo.